Antes de salir de vacaciones, acude al dentista. Acude a tu odontólogo dos veces al año como medida de prevención y para realizarte una limpieza profesional. Recuerda que una boca sana nos ayuda a mantener la salud general, al permitirnos masticar y tragar los alimentos eficazmente para absorber los nutrientes.
No te olvides del cepillo de dientes. Cuidar de nuestra boca es el primer paso para tener una buena salud y lucir una sonrisa bonita. Se debe cepillar los dientes siempre que se ingiera algún alimento, aunque se esté en la playa o piscina. Una buena alternativa es llevar un cepillo de dientes de viaje; su tamaño y diseño hacen que pueda llevarse a cualquier lugar.
Cambia el cepillo de dientes. Cuando las cerdas o filamentos hayan perdido la forma y estén despuntadas cambia tu cepillo de dientes. En cualquier caso es recomendable hacerlo cada 3 ó 4 meses.
En vacaciones, no abuses del azúcar. La alimentación es un factor clave en la formación de caries. Durante el verano se suele abusar de productos azucarados como helados, refrescos y otras bebidas. A esto se le une la falta de higiene tras la ingesta de estos productos, por lo que aumenta la placa bacteriana con el riesgo de aparición de caries.
Mantén una dieta equilibrada. Para tener unos dientes y encías sanos hay que mantener una dieta equilibrada, también en verano. Consume los cinco grupos básicos de alimentos y sustituye aquellos alimentos perjudiciales por otros más saludables como las frutas de temporada.
Cuidado con los alimentos y bebidas muy frías. Es habitual tomar productos fríos para hacer frente al calor. Sin embargo, pueden incrementar la sensibilidad dental, principalmente en aquellas personas que padecen esta molestia relacionada con la retracción de las encías, la caries no tratada o malos hábitos en la limpieza bucodental.
Reduce el consumo de aperitivos. Hay ciertos alimentos que tomamos como tentempiés -galletas o patatas fritas- que por sus características pasan más tiempo dentro de la boca lo que implica un mayor contacto con los dientes durante un tiempo más prolongado que dañan nuestro esmalte dental.
Evita el alcohol, bebidas colorantes y el tabaco. Para conseguir una sonrisa radiante hay que limitar el consumo de ciertas sustancias que pueden dañar y amarillear el esmalte de tus dientes, como el tabaco, el alcohol, el café o el chocolate. Además, el consumo de tabaco disminuye el flujo salival, contribuye a la aparición de manchas en el esmalte e incluso se incrementa el riesgo de formación de caries radiculares, gingivitis y cáncer oral.
Hidrátate. La boca pierde agua al igual que el resto del cuerpo. Una boca deshidratada es más propensa a la aparición de infecciones e inflamaciones. Los expertos aconsejan consumir diariamente de 1,5 a 2 litros de agua para que la boca esté bien hidratada.
Protégete del sol. Los rayos del sol son peligrosos para la piel y también para los labios. Por eso, utiliza una crema protectora siempre que estés expuesto al sol. La excesiva exposición al sol es un factor de riesgo para padecer cáncer oral.
Ojo con los deportes. Durante el verano es frecuente practicar más deporte al aire libre o actividades acuáticas, por lo que es frecuente la fractura de dientes. En caso de algún traumatismo dental, acude urgentemente al odontólogo.
Si tienes implantes o prótesis, debes poner más interés en el mantenimiento de la higiene bucodental para garantizar el éxito de estos tratamientos.