El blanqueamiento de los dientes permite eliminar la mayoría de las manchas producidas por causas extrínsecas como el té, café y otras infusiones, cigarrillos y vino tinto, entre otras sustancias y alimentos. Sin embargo, no todas las manchas u oscurecimientos dentales son eliminables o mejorables a través del blanqueamiento dental y pueden requerir de otro tipo de tratamiento odontológico estético.
El blanqueamiento dental consiste en aplicar peróxido de carbamida o de hidrógeno a nivel de las superficies de los dientes.
Tanto el peróxido de carbamida como el peróxido de hidrógeno son seguros para dientes y encías siempre bajo la supervisión del odontólogo.
Algunos pacientes pueden experimentar sensibilidad temporal (al frío o calor). Esta puede disminuir después de algunas horas de realizado el tratamiento, y con la aplicación de productos con flúor (incoloro) o bien algún gel o pasta dental desensibilizante recetados por el odontólogo. Para evitar sensibilidad abstenerse de consumir bebidas carbonatadas y cítricos a lo largo del tratamiento y durante la semana siguiente.
El blanqueamiento dental se puede realizar en la consulta dental, en casa o combinación de ambos.
Existe el blanqueamiento dental externo e interno:
-Externo: Es que se utiliza sobre la superficie externa del diente.
-Interno: Es aquel que se realiza sobre dientes no vitales, es decir que ya tienen realizado un tratamiento de conducto, aplicando el producto por dentro del diente y pudiendo complementar este tratamiento con el blanqueamiento externo.